La Red Jesuita con Migrantes de Centroamérica y Norteamérica (RJM CANA) hace un llamado urgente a los jefes de Estado de la región Iberoamericana para que se sumen a los esfuerzos por garantizar los derechos humanos de los migrantes centroamericanos. Solo así tendremos una región inclusiva, sostenible y próspera.

En Guatemala se está celebrando la XXVI Cumbre Iberoamericana “próspera, inclusiva y sostenible” con la presencia de los jefes de Estado y de gobierno de 22 países miembros. De forma paralela miles de hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y nicaragüenses caminan rumbo a Estados Unidos en busca de oportunidades para tener una vida digna.

Como Red Jesuita con Migrantes en Centroamérica y Norteamérica nos preocupa la crisis estructural que obliga a migrar a miles de centroamericanos. Por ello consideramos oportuno que en esta XXVI Cumbre los jefes de Estado reflexionen, discutan sobre los avances y retrocesos para garantizar los derechos humanos y tomen decisiones que antepongan a la persona y sus derechos, que busquen minimizar las asimetrías entre países y que fortalezcan los Estados y sus democracias. Aquí citamos cinco aspectos que consideramos debiesen priorizar:

  1. La violencia estatal suscitada por el gobierno Ortega-Murillo de Nicaragua está provocando desplazamientos forzados y el éxodo masivo principalmente a Costa Rica en donde los han acogido pero que, dada los miles de nicaragüenses que llegan, las organizaciones e instituciones costarricenses se ven limitadas en su capacidad para dar una atención humanitaria adecuada.
  2. El éxodo de hondureños, salvadoreños y guatemaltecos a través de las denominadas caravanas, pone en evidencia la realidad de los países centroamericanos en cuanto a la incapacidad y falta de voluntad de sus Estados, así como de democracias débiles para garantizar derechos fundamentales para sus habitantes.

Es imperativo que los gobiernos centroamericanos cumplan con sus obligaciones constitucionales, así como urgente que garanticen los derechos fundamentales de su población. Es necesario establecer nuevas visiones  y propuestas para resolver la crisis estructural de estas sociedades. Las élites económicas y políticas centroamericanas deben ser cuestionadas sobre su corresponsabilidad en estas crisis humanitarias de gran magnitud.

  1. Miles de personas y familias centroamericanas en su tránsito por México para llegar a los Estados Unidos de América. El gobierno mexicano deberá lograr la prevalencia del derecho humanitario por sobre las disposiciones migratorias. Al respecto recomendamos al gobierno de México que en vez de utilizar como estrategia la deportación de centroamericanos ofrezcan oportunidades laborales y de acogida para estas personas que desean mejorar sus vidas.
  2. Las políticas anti-inmigratorias y de seguridad nacional promulgadas por los Estados Unidos de América ponen en riesgo la efectividad de los acuerdos universales y regionales sobre derechos humanos, derecho a la movilidad humana, derecho a la seguridad humana y la protección internacional, solo como uno de tantos ejemplos está la reducción de alternativas para la solicitud de asilo. Las respuestas violentas y xenofóbicas que lanza el presidente Donald Trump ponen en crisis cualquier relación armónica y equilibrada entre Estados Unidos, México y Centroamérica, cierra las puertas a propuestas y acuerdos consensuados que se establecen en todas las sociedades democráticas.

Los gobiernos participantes en la XXVI Cumbre debiesen hacer un llamado al gobierno de Estados Unidos de América a detener las amenazas de represión violenta con efectivos militares. Este llamado Iberoamericano será una muestra de solidaridad con la población migrante centroamericana.

  1. Atender la crisis humanitaria de las miles de personas centroamericanas es fundamental, como también iniciar esfuerzos para que los gobiernos de los Estados involucrados alcancen un acuerdo regional que en el futuro evite desplazamientos y migraciones forzadas. Esto es necesario si la aspiración es la de una Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible. Para ello será necesaria la solidaridad y apoyo de los países iberoamericanos participantes en la Cumbre.

Como organizaciones e instituciones que trabajamos en red creemos en la fuerza y poder de la articulación, por ello los invitamos a fortalecer la región Iberoamericana y ser ejemplo de que aquí se construyen puentes y no muros. Como RJM CANA los invitamos a utilizar como bandera común el respeto a la dignidad humana, estamos seguros que ella hará florecer la vida en esta casa común que habitamos.

Noviembre, 15 de 2018


La Red Jesuita con Migrantes Centroamérica y Norteamérica (RJM-CANA) es la articulación de más de 25 instituciones de la Compañía de Jesús en Centroamérica, México, Estados Unidos y Canadá que promueve el trabajo comprometido con las personas migrantes, desplazadas, refugiadas y sus familiares y otros actores de cambio en la defensa de sus derechos en los países de origen, tránsito, destino y retorno. La Red sostiene que toda persona tiene derecho a vivir, trabajar y realizarse humanamente y en plenitud en su lugar o país de origen. Pero cuando ello no es posible, tiene el derecho de buscar mejores condiciones de vida fuera de su lugar de origen, bien sea dentro de su país o atravesando alguna frontera internacional.

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