El régimen de Nicaragua ha puesto a la Compañía de Jesús en estado de prueba. Las amenazas han crecido con la confiscación de bienes y la expropiación de la Universidad Centroamericana (UCA), seguida de la cancelación de la personalidad jurídica de la Asociación Compañía de Jesús.

Lamentamos que el régimen, que muchos años atrás surgió como expresión de lucha por la libertad de Nicaragua, haya sobrepasado con creces, la crueldad y los abusos de la dictadura que combatió. Por eso, hoy condenamos vehementemente, la persecución de la que es víctima la Iglesia, las organizaciones defensoras de derechos humanos y todas las personas y organismos que han levantado su voz crítica en favor de las libertades individuales, la democracia y el Estado social de derecho.

Exigimos al régimen de Nicaragua el respeto hacia las personas, derechos y bienes de la Compañía de Jesús, la restitución y entrega de la Universidad Centroamericana (UCA), la libertad para Monseñor Rolando Álvarez, los demás presos políticos. El pueblo nicaragüense debe volver a vivir en democracia. Son muchos los derechos humanos que han sido conculcados. El deterioro es inmenso en los ámbitos social, económico y cultural en un país que grita por justicia, oportunidades y el fin de la violencia política. A las personas exiliadas se les debe permitir regresar, bajo la garantía del respeto a todos sus derechos ciudadanos.

Manifestamos nuestra solidaridad y cercanía con los compañeros jesuitas y todos nuestros colaboradores y nuestras colaboradoras en Nicaragua. Hacemos un llamado a la solidaridad, a la oración y al respaldo decidido por parte de la universal Compañía de Jesús, nuestras organizaciones hermanas del mundo y nuestro papa Francisco.

En estos tiempos de sombras y amenazas, nos honramos de pertenecer a la Compañía de Jesús y a su acreditada tradición y misión de servir a la Iglesia y a la sociedad desde la fe y la justicia. Muy mal signo estaríamos dando si en una sociedad nicaragüense tan mancillada, la Compañía de Jesús no corriera los mismos riesgos y atropellos, y por esto damos gracias al Señor.

En este tiempo de prueba hacemos nuestras las palabras del Padre Pedro Arrupe, dichas en momentos de tribulación, parecidos a los que hoy vive y sufre la Compañía de Jesús en Nicaragua: “Tan cerca de nosotros no había estado el Señor, acaso nunca; ya que nunca habíamos estado tan inseguros”.


24 de agosto de 2023

Comisión Provincial del Apostolado Social en Centroamérica (CPAS)

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