Los migrantes que integraban la caravana, reprimida y desarticulada en Guatemala, son trasladados por el gobierno en autobuses de la frontera El Florido en Copán hacia la terminal de transporte en San Pedro Sula. Allí quedan abandonados a su suerte con hambre y sin dinero para regresar a sus comunidades.
Mercedes Pérez de la Comisión Acción Social Menonita, CASM, dijo en Radio Progreso que como organización de Sociedad Civil están tratando de atender a la población que está retornando pero no tienen capacidad para atenderlos a todos.
Pérez lamentó que no haya presencia de organismos de Derechos Humanos nacionales e internacionales, tomando en cuenta que esa población está regresando en condiciones deplorables.
Duros testimonios
En la terminal de transporte de San Pedro Sula, estaba Nilda Hernández junto a su compañero de vida y su pequeño hijo de apenas un año de edad, pidiendo limosna.
Narró en Radio Progreso que la misión es recolectar dos mil lempiras que es el costo del pasaje del bus que va hasta La Unión en Lempira. Nilda dijo que regresan a su comunidad con profunda tristeza, porque anhelaban llegar a Estados Unidos para reconstruir su casa que fue dañada por los huracanes Eta e Iota.
Por otra parte, Wilmer Cardona de apenas 22 años de edad, ya es padre de dos niños. Junto a su familia integraba la caravana de migrantes con la ilusión de llegar a Estados Unidos y ofrecerles un futuro diferente a sus pequeños. Ahora está de regreso en San Pedro Sula, golpeado, sin dinero, pero con la idea de prender nuevamente la ruta migratoria.