En el pasado mes de noviembre, la asamblea anual de la región CANA de la Red Jesuita con Migrantes realizó diversas actividades de análisis, proyecciones y propuestas de acción sobre el contexto de la migración forzada en la región y la mirada a las causas (y causantes) que la generan.
Compartimos aquí el comunicado que fija la posición de la red en la región tras estos ejercicios de análisis. En primer lugar reafirman que la realidad de la migración en la región no es la búsqueda de un futuro mejor, sino que «lo que miles de personas buscan, muy a pesar de los brutales riesgos, es la oportunidad de tener un futuro, el que sea, aunque luzca incierto y marcado por el desarraigo»
El posicionamiento repasa alguna de las expresiones más relevantes del contexto durante el último año, la incidencia de la COVID19, la crisis de las fronteras en la región (externalización, militarización y cierre), el ritmo de las deportaciones, el agravamiento de la crisis humanitaria, etc. También analiza los efectos de los huracanes y las lluvias recientes en Centroamérica, y cómo van a empujar a un aumento del flujo en las próximas semanas y meses.
Se han analizado escenarios, entre ellos el muy relevante cambio de administración en EEUU, se abre un camino para el seguimiento atento de las promesas del binomio Biden Harris respecto a retomar algunos decretos positivos en cuanto a procesos de regularización y protección, así como a la recuperación del sistema de asilo o respecto a las situaciones muy preocupantes de desamparo de niñas y niños.
La asamblea de la RJM CANA ha querido también definir y reafirmar su compromiso, inspirados e inspiradas en la lucha de la gente, en su resistencia y compromiso. Manifestamos la vocación de seguir caminando con las personas desplazadas, migrantes y refugiadas, de apoyarnos en los valores de solidaridad, hospitalidad y justicia, apostando por la llamada colectiva a Migrar Hacia Lo Extraordinario, de denunciar las causas y causantes para propiciar un cambio real y radical, apoyadas en propuestas de «formación política, promoción de la educación, generación de oportunidades, reivindicación de los derechos de las mujeres y defensa ambiental, entre otros».
Finalmente, junto a las demás regiones de la RJM se buscará incidir en que las legislaciones migratorias vigentes puedan ser verdaderamente coherentes con las demandas humanas más apremiantes y el respeto irrestricto de los Derechos Humanos. En la región se pretende identificar nuevas maneras de abordaje de categorías y conceptos de la migración forzada y fortalecer los esfuerzos de cambios regulatorios, tanto en Estados Unidos como en otros países caracterizados por la migración sur-sur, como Costa Rica y Panamá.