En este tiempo, cuando la migración forzada por situaciones económicas y de violencia ha adquirido los niveles de éxodo masivo que se expresa en las caravanas que han salido de nuestros territorios, los gobiernos pretenden contenerlas, y han impulsado campañas mediáticas con el propósito de señalar las caravanas como un acto delictivo.
Las caravanas no solo no son actos delictivos, sino un recurso de protección que han ideado miles de personas quienes, forzadas por sus condiciones, han tenido que huir de sus países, y ante los peligros y amenazas que se encuentran en el camino migratorio, han encontrado en las caravanas el mecanismo para auto protegerse personal y colectivamente. Por tanto, reconocemos el derecho a migrar, el derecho a solicitar asilo y reconocemos las caravanas como una estrategia de protección ante los peligros provocados por las propias políticas migratorias y de seguridad de los países de la región.
Se han elevado voces a través de campañas mediáticas que pretenden estigmatizar y criminalizar a las personas y organizaciones que se solidarizan con los migrantes y con la caravana. Rechazamos estas campañas que discriminan y expresan una concepción racista hacia nuestros hermanos y hermanas migrantes, y ratificamos nuestro compromiso personal e institucional por fortalecer nuestra misión de acompañar y asistir a las personas migrantes en su peregrinación hacia un lugar en donde creen que pueden encontrar una oportunidad que se le negó en su país de origen.
De modo explícito rechazamos las campañas de estigmatización y de calumnia contra el señor Bartolo Antonio Fuentes, y con mayor firmeza repudiamos las intenciones del régimen hondureño de judicializarlo por el hecho de haber cumplido con el deber humano y ético de solidarizarse con los hermanos y hermanos que salieron en caravana desde Honduras el pasado 13 de octubre.
La solidaridad de Bartolo Antonio Fuentes es la actitud que debería tener todo ser humano que siente en su corazón el sufrimiento que padecen miles de personas en su camino migratorio buscando territorio estadunidense. Al expresar nuestra solidaridad con él exigimos que se respete su vida y su derecho a acompañar a los migrantes al tiempo que nos comprometemos a fortalecer nuestro trabajo con los migrantes y con las caravanas que eventualmente se puedan auto convocar en el futuro. Estamos en ambiente navideño, y es oportuno hacer memoria que el niño Jesús vivió la experiencia de ser migrante desde sus primeros meses de vida, junto a su familia, quien debió huir para salvar la vida ante la amenaza inminente de una muerte incruenta por parte de los poderes establecidos simbolizados en el rey Herodes. Ante los Herodes de nuestro tiempo, ratificamos el derecho que tienen los niños Dios y sus familias de Honduras y Centroamérica de huir para salvar sus vidas, y a nosotros de acompañarles en su difícil camino migratorio.