Cuando Ricardo y su hermano decidieron migrar de Venezuela, no tenían claro qué rutas seguir para llegar a su destino. Solo sabían que, si continuaban en su país natal, el contexto sociopolítico iba a poner su vida en una situación muy vulnerable. En su camino por Centroamérica, conocieron al Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) y recibieron atención humanitaria, legal y psicológica de gran ayuda para el objetivo de su viaje.

El camino que emprendió Ricardo es el mismo de muchos latinoamericanos que se ven forzados a migrar y a refugiarse en el extranjero. “Nadie deja su hogar, país y tierra porque quiere”, señala Ricardo a seis años de haber dejado Venezuela, “el camino de los migrantes es difícil”.

El testimonio de Ricardo forma parte de la Campaña “Pasos que tejen historias”, una iniciativa impulsada por la Red Jesuita con Migrantes de Centroamérica y Norteamérica (RJM-CANA).

La Campaña está conformada por cuatro vídeos animados que narran el testimonio de personas migrantes de la región. Además, se están publicando 20 piezas gráficas que informan sobre los servicios que ofrece la Red a nivel regional. “Buscamos dar una respuesta articulada e integral a las necesidades de las personas migrantes, refugiadas y a sus familias”, explica el P. Rafael Moreno, SJ, coordinador regional de la RJM-CANA

Otro vídeo de la Campaña destaca la historia de Narcisa, una madre nicaragüense quien tuvo desaparecido a su hijo durante 10 años, luego de que este emigrara en busca de mejores condiciones de vida. Mediante el trabajo realizado por la Red, ella viajó a México y pudo encontrar a su hijo.

“Yo deseo que todas las madres que tienen a sus hijos desaparecidos logren encontrarlos, así como yo tuve la fortuna”, indica Narcisa, consciente de una realidad que afecta a miles de familias latinoamericanas.

Para acceder a los contenidos de la Campaña, pueden seguir las redes sociales de las organizaciones pertenecientes a la Red, como la cuenta en Facebook del SJM México, entre otras. Las publicaciones están realizándose en el marco del Día Mundial de la Persona Refugiada, a conmemorarse el 20 de junio. Entre las estrategias de trabajo de la Red, sobresale la promoción y defensa de los derechos humanos, y los esfuerzos para hacer frente a las causas estructurales de la migración. Dichas acciones están inspiradas en las Preferencias Apostólicas Universales (PAU) de la Compañía de Jesús, que invitan a  “caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia”.

Comparte esta nota